CADA DÍA A NUESTRO ALREDEDOR OCURREN COSAS MISTERIOSAS, SIN EXPLICACIÓN; LO QUE NOS DIFERENCIA DE LOS DEMÁS ES QUE NOSOTR@S PODEMOS SENTIRLAS, INTUIRLAS, VERLAS... TENEMOS UNA EXTRAÑA CONEXIÓN CON EL PLANO ESPIRITUAL, EN FIN, UN SEXTO SENTIDO QUE SOLO ALGUNOS SOMOS CAPACES DE DARNOS CUENTA. SI A TÍ TAMBIÉN TE OCURRE... ESTE ES TU BLOG.

jueves, 28 de enero de 2016

Unos ojos rojos...



Esto me ocurrió en un invierno de hace ya años, en vacaciones, como he dicho en otras ocasiones, soliamos ir a una casita de campo, de mis abuelos. En el primer piso, en una de las habitaciones estabamos mi hermana y yo. A los pies de las camas teniamos un pequeño aparador con un espejo y a un lado la ventana desde donde teniamos una bonita vista de montañas y campos. Sucedió una noche, estabamos cada una acostadas en nuestras camas. A oscuras, aunque con la luz de la luna habia algo de claridad en la estancia; cuando miré el espejo, crei ver dos luces pequeñas y rojas, en él se reflejaba lo que se veia en la ventana, el cielo de la noche. Me incorporé al ver que las lucecitas habian desaparecido. Mi hermana me preguntó al verme sentada y le dije que habia visto dos luces rojas. En ese instante volvieron a aparecer, y ella también las vio, le dije que nos levantaramos para verde que se trataba. Pero lo cierto era que con el frio que hacia, y teniendo en cuenta que no teniamos calefacción, habia que pensarselo dos veces antes de salir de la cama calentetita cubierta por una losa de mantas. Mi hermana no quiso moverse pero yo me levanté. Fuera de la casa se escuchaba el viento como silvaba; enrollada en el batín me acerqué al espejo y no se veia nada, solo mi reflejo, mi hermana dijo que tal vez huviera reflejado algo que estaba fuera. Me quedé delante de la ventana, a un lado de la casa habia un gran árbol, agitaba sus ramas con fuerza, como una maraña negra en movimiento. Tenia la sensación que algo no cuadraba en lo que podia ver por la ventana, así que me acerqué mucho al cristal hasta apegar la cara prácticamente y de pronto  esa maraña negra  se acercó de pronto a la ventana y me miró con dos ojos rojos, me llevé un susto de muerte. Eche a correr hacia la cama mientras decia “¡Madre mia que miedo, que susto, que miedo…!”, me metí dentro y me tape cabeza y todo (Ahora me rio de la situación pero pase mucho miedo) Mi hermana me preguntó que ocurria y yo sin descubrir la cabeza de la manta le dije que habia una cosa enorme que me habia mirado con los ojos rojos. Ella me dijo que serian las ramas del árbol pero lo de las luces rojas no se le ocurria  que podia ser. Al final nos dormimos, a la mañana siguiente, el mal tiempo seguia, los silvidos del viento era lo único que se escuchaba. Me asomé a la ventana y con la luz del sol me di cuenta que era lo que no me cuadraba de noche, a pesar de que habia claridad de la luna, era que el árbol que estaba al lado de la casa, por mucho que lo zarandeara  el viento, era imposible que sus ramas llegaran a nuestra ventana, así pues, esa noche sí habia algo delante de nuestro ventanal, el qué, no lo se, pero era grande … Las siguientes noche decidí no mirar ni la ventana, ni al espejo, ojos que no ven….

jueves, 21 de enero de 2016

Entre nosotros...



Muchas veces pienso en los cementerios, nunca me han gustado. Antes de que pisara uno por primera vez, creía que estaría abarrotado de espíritus, que sería un agobio sentirse rodeada de tantas presencias, sinceramente no lo es o por lo menos yo no lo siento así. Claro que hay, pero como en todas partes, incluso a veces no he sentido ninguno, me refiero a poder distinguirlos, simplemente es notarse extraña, con sensación de ligera presión. Para mí es un alivio saber que no se encuentran ahí tantos como yo pensaba o como puede creer la gente cuando dicen que van a “ir de visita” a ver a sus difuntos. Pero la mayoría no están y me alegro, sería muy triste pensar que están en el cementerio, como en una jaula de espíritus. Yo nunca buscaría a mis seres querido allí, puesto que están en un lugar mejor, m i corazón y en ocasiones son “ellos” los que “vienen de visita” y por lógico vienen donde estamos los vivos y desde luego no es en un cementerio.
Como dato curioso se encuentran muchos en las iglesias, supongo que será porque buscan respuestas o creen que allí encontraran el camino, la verdad, no lo sé. Es difícil saber cuál es tu objetivo mientras estas vivo ¿por qué iba a ser más sencillo cuando estás muerto?

miércoles, 13 de enero de 2016

EL ENCAPUCHADO DE NEGRO

Recuerdo un día que iba con el coche por el centro de la ciudad, era hora punta, mi madre iba de copiloto, cuando de pronto, en un semáforo paradas, oimos un golpe como si algo  hubiera caido en el techo del coche. La gente de alrededor no parecia que prestaran atención, como si no hubiera ocurrido nada, el semáforo estaba verde, así que pensaba que no sería nada y si acaso ya miraria en la próxima parada. Los vehiculos iban muy lentos, había mucho tráfico y de pronto vi lo que era, sinceramente me asusté, en la luna de delante se asomaron dos manos que parecia llevaban guantes negros y por el centro me miró una cara, bueno en realidad, era una capucha negra, no se veia que habia dentro, no tenia rostro, todo de negro, sobresalia por los laterales de mi coche el resto de la capa toda desgarrada. Creo que di un grito y le dije a mi madre si lo habia visto, mientras miraba al resto de conductores, tan normales, por lo que estaba claro no lo veian. Mi madre me dijo que no pero que sentía como si una sombra estuviera encima de nosotras. Le explique lo que se dejaba medio ver por el cristal, porque seguia encima de mi auto, intentaba asomarme, para verlo mejor acercandome a la luna delantera y me di cuenta de que obserbaba a los coches además de a nosotras. En ese instante sentí que era algo malo y que se preparaba para hacer algo, pense que queria probocar un accidente, solo estaba decidiendo quienes serian las victimas. Era tan siniestro, oscuro y maligno, no se que era, nunca antes habia visto algo así y hasta el día de hoy no lo he vuelto a ver. Esto me hace preguntarme que hay tantas cosas entre nosotros que desconocemos, que no vemos pero que estan a nuestro alrededor. Está claro que si de alguna manera contamos con algo parecido a angeles de la guarda, habría que pensar que también hay  entre nosotros la otra cara de la moneda, el mal.
Despues de pensar lo del accidente, me puse muy nerviosa, paramos en un nuevo semáforo y empecé a golpear el cristal para llamar su atención, cuando se  asomó y me miró, casi si me hiela la sangre pero le grite "¡lárgate, vete, no voy a tener ningún accidente, ¿te enteras?  buscate otra victima, pero yo no!" Cuando lo dije, me asusté, porque no sabía como iba a reaccionar ese "ser", igual no habia sido tan buena idea gritarle. Pero curiosamente saltó a otro coche y de este a dos otros autos hasta que lo perdi de vista. Era realmente extraño, no tenia piernas parecia en realidad una capa deshilachada con una capucha y brazos, todo negro, no tenia un volumen como si tuviera cuerpo. Nada más irse mi madre dijo que la sensación de oscuridad que nos envolvia había  desaparecido.



lunes, 4 de enero de 2016

La esfera dorada.



Esto me ocurrió siendo pequeña, sobre los 14 años más o menos. En esta ocasión lo vio mucha gente, no solo familiares, sino que también varios vecinos. Solíamos pasar los veranos con mis abuelos en un chalet en el campo, teníamos vecinos a un lado pero el resto eran cultivos de árboles frutales. A media mañana llegó uno de los vecinos y nos preguntó si sabíamos que era lo que había en el cielo. Todos miramos y vimos una gran esfera dorada metálica con algo parecido a un cinturón también dorado. Estaba suspendida en el aire, creo que no giraba, eso no lo recuerdo, pero sí que era muy grande y se veía con total claridad, a pesar de que estaba alta pero se encontraba sobre nuestro garaje. No sabíamos que era, no hacia ningún tipo de sonido, solo estaba ahí quieta. Al rato llegaron más vecinos sorprendidos por la esfera. A la hora de comer apareció la policía, bueno, en realidad no recuerdo muy bien, puede que fuera la guardia civil, se que eran dos y pararon delante del chalet. Nadie los había llamado, puesto que en esa época no había móviles aun, y en los chalets  de alrededores nadie tenía teléfono porque no era zona urbanizada. Estuvieron un rato hablando con los “adultos”, intentaban convencerlos de que olvidaran el objeto, que no tenia mayor importancia porque simplemente era un “globo”. La verdad es que nadie les creyó y resultaba bien difícil de creer sobre todo por la forma en que desapareció. Después de varias horas, ya por la tarde, estaba merendando y me quedé mirándolo, todavía seguía allí, parado, cuando de pronto se marchó desplazándose en horizontal a toda velocidad, fue cuestión de unos segundos que desapareciera. Nunca más lo he vuelto a ver, bueno eso creo, porque en dos ocasiones, en diferentes años, en verano, siendo de madrugada me he despertado y al mirar por la ventana (desde donde se ven las montañas) he visto pasar rápidamente una esfera luminosa grande seguida por dos pequeñas. No soy la única que las ha visto en circunstancias parecidas a mí, de madrugada, mi madre en numerosas veces y una tía materna también en varias ocasiones. No sé si tiene algo que ver, tal vez sí… o puede que sea otra cosa, no lo sé.