Todo esto ocurrió
en los tres primeros años, para entonces yo ya tenía 25 años. Bueno, volvamos a
donde lo dejé. Mi madre me dijo que debía limpiar la casa de espíritus, con
agua en sal cada parte de la casa, después bendecir cada habitación y por
último hacer una cruz de sal detrás de la puerta. Después de hacerlo se
marcharon, para mi alegría, todos, los cinco. Pensaba que sería definitivo,
pero como no me fiaba cada vez que lavaba el piso volvía a poner la cruz de
sal. Yo sabía que el “inquilino” seguía deambulando por la finca pero nunca más
volví a sentir a la familia. Creía que estaba a salvo en mi casa. Pasaron las
semanas y dejé de poner la cruz de sal, no era necesaria, me sentía tranquila
en casa y además trabajaba fuera casi todo el día. Creo que llegué a olvidar
todo el tema de los espíritus, todo lo que ocurría a mi alrededor eran cosas
completamente normales, hasta que una noche, sobre las cinco de la madrugada se
puso el televisor en marcha con la voz a tope. Mi marido se levantó y lo apagó
y dijo que seguramente sería una subida de tensión electrica. No le di más importancia,
de no ser por el hecho de vez en cuando se encendía, pero por el día. Hasta que
en una de las veces, ya harta de apagarla, la desenchufe. Al rato se puso en
marcha, mi marido que estaba conmigo se quedó de piedra al igual que yo. El
aparato se apagó después de poco más de un minuto creo. Nunca antes mi marido
había sido testigo de algo “extraño” y yo
que nunca había hablado de ese tema con él, le dije que sería un
espíritu el que lo había hecho. Me miró como si yo estuviera loca y quiso darle
una explicación lógica aunque no supiera cual. Jamás antes había hablado sobre
estas cosas porque él pensaba que esos temas (los fantasmas) eran de gente trastornada
que tenía alucinaciones y que esas cosas no existían porque si fuera así, él
habría visto alguno y no lo habia visto y además si viera algo de eso en casa
saldría corriendo y no pararía. Yo le respondí que correr era la mayor
tontería, porque estés donde estés, están por todas partes, después le dije que
no podía pensar eso de mí. La cosa terminó en discusión y sinceramente hasta el
día de hoy siempre he evitado hablar del tema. Yo sabía su opinión desde que
éramos novios, pero es que casualmente hacia unas semanas que en casa de su
madre habían ocurrido unos hechos que él había sido testigo. Se trataba de una
cajita de música con fotografías que por las noches se ponía en marcha, su
familia ya hartos de levantarse a apagarla, la abrieron y le quitaron las pilas.
A la mañana siguiente la caja delante de todos se puso a girar y a sonar la
música; yo no estuve presente pero pensé que tras un hecho así, tendría la
mente más abierta a estas cosas sobrenaturales.
Os cuento
esto para que entendáis que no tenía ningún apoyo de mi marido, solo contaba
con mi familia y lo que me ocurrió a los pocos días fue horrible. "El inquilino fantasma" regresó. Por cierto, mi premonición sobre los 25 años
era cierta, estaba embarazada.
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