CADA DÍA A NUESTRO ALREDEDOR OCURREN COSAS MISTERIOSAS, SIN EXPLICACIÓN; LO QUE NOS DIFERENCIA DE LOS DEMÁS ES QUE NOSOTR@S PODEMOS SENTIRLAS, INTUIRLAS, VERLAS... TENEMOS UNA EXTRAÑA CONEXIÓN CON EL PLANO ESPIRITUAL, EN FIN, UN SEXTO SENTIDO QUE SOLO ALGUNOS SOMOS CAPACES DE DARNOS CUENTA. SI A TÍ TAMBIÉN TE OCURRE... ESTE ES TU BLOG.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

No mirar debajo de la cama...



Esto me ocurrió en mi casa nueva. Cuando lo recuerdo me da un poco de  “susto” (porque pienso en la de veces que de pequeña, supongo que muchos lo hemos hecho, miraba debajo de la cama esperando NO encontrar nada)  aunque siempre termino el recuerdo con una carcajada.
Era invierno e iba a acostarme, quería quitar el edredón y no podía, pensaba que lo había pisado con el pie. Cuando miré hacia el suelo para comprobarlo (me llevé un susto horrible porque ni lo había notado ni presentido) vi que un brazo salía de debajo de la cama y que tenia bien agarrado el edredón (tuve la sensación que era la mano de una mujer). Me espanté tanto que de un salto me subí a la cama, mi marido  que estaba  sentado,  impresionado me preguntó que qué es lo que pasaba y yo le dije “hay una mano debajo de la cama que no me dejaba quitar el edredón”. Como he contado en otras ocasiones, mi marido no quiere oír hablar  nada sobre estos temas, pero me salió sin darme cuenta, ya que de normal me invento alguna cosa si lo que me ocurre es sobre espíritus. Me miró y me dijo “para que me dices eso…” luego se giró y se puso el despertador y lo dejó en el suelo. Os explico, era un despertador que los números estaban iluminados en azul, pero molestaba mucho su luz, así que nunca lo dejaba en la mesita, sino en el suelo, la cuestión era que hacía casi año y medio que se había fundido la luz azul, pero mi marido seguía con el costumbre de dejarlo bajo.  De pronto empezamos a escuchar unos ruidos metálicos debajo de la cama, los dos nos miramos y yo le dije “no voy a mirar, mira tú que nunca ves nada…” y entonces la parte inferior de la habitación quedó iluminada por la luz azul. Él se asomó sorprendido, volvía a funcionar el despertador, me lo enseño con cara de alucinar y yo venga la risa diciendo “pues va a ser que la mano sería de un relojero y te lo ha arreglado”. Él se medio rió pero a la mañana siguiente se llevó el despertador y ya no lo he vuelto a ver.  
Así que a veces me pregunto si el miedo de los pequeños a que hay un monstruo o algo debajo de la cama es solo imaginación o tiene algún fundamento. Yo por si acaso nunca miro, ja, ja, ja…

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